martes, 29 de septiembre de 2015

EL CRECIMIENTO DE LA EMPRESA


En muchos sentidos, las empresas son como los seres vivos. Como nosotros, son sujetos de derechos y obligaciones: pueden reclamar el amparo de la Justicia y pueden ser denunciadas ante la Ley (después de todo, son personas, aunque eso sí, personas jurídicas), y como todos los seres vivos, nacen, crecen, se reproducen y, al final, mueren. Sin embargo, una empresa no deja de ser un ente particular si lo comparamos con los seres vivos, así que las formas que tiene de crecer son también propias y particulares. Precisamente vamos a dedicar este artículo a analizarlas detenidamente para así conocer mejor a este agente económico esencial de nuestra economía.

Digamos en primer lugar que cuando hablamos de crecimiento de la empresa hablamos del aumento de su capacidad productiva. Esto puede conseguirse añadiendo nuevas instalaciones o aumentando el tamaño de las ya existentes, pero no es imprescindible. También puede conseguirse (e incluso es deseable) aumentando la productividad y eficiencia de la empresa.

Digamos en segundo lugar que el crecimiento no es una opción para la empresa. Actualmente, los mercados se encuentran en constante evolución y son una fuente de retos y oportunidades para la empresa. Gran parte de estos retos se relacionan con la globalización y la búsqueda de la dimensión adecuada para atender mercados cada vez más amplios y competitivos. En este contexto, crecer es una cuestión de supervivencia frente a la competencia y los retos externos.

No solo se crece para evitar los peligros de la competencia. Crecer es también beneficioso para la empresa, ya que se generan economías de escala. En Economía, se denominan economías de escala a la disminución de los costes unitarios de producción a medida que crece la empresa. Estas economías de escala aparecen por varios motivos:

  1. Desde un punto de vista productivo, crecer permite aprovechar mejor las ventajas de la división del trabajo y la especialización, así como un mayor grado de automatización y mecanización, con el consiguiente aumento de la productividad.
  2. Desde un punto de vista financiero, una gran empresa tiene acceso a más fórmulas de financiación que las pequeñas empresas, como las emisiones de bonos o las ampliaciones de capital. Además, su mayor tamaño les permite obtener mejores condiciones de las entidades financieras.
  3. Desde un punto de vista comercial, una gran empresa puede conseguir mejores precios de sus proveedores dado su poder y su mayor volumen de compra. Además, las grandes empresas disponen de más recursos para invertir en campañas de promoción y publicidad e investigación de mercados, de manera que están más preparadas para conocer las tendencias de la demanda y responder a ellas.

Una vez aclarado el carácter necesario del crecimiento y sus ventajas, analicemos las distintas modalidades de crecimiento por las que puede optar la empresa, que tenéis representadas en este esquema: